Ayer me topé con un post en Linkedin de la suscriptora, ex-alumna y copywriter, María Seoane.
En él decía básicamente eso de que «no vendo porque hay mucha competencia» es una falacia sucia y cruel.
Y pensé que sería una buena idea traer ese tema a este correo porque la verdad es que muchos negocios están sufriendo innecesariamente solo por el hecho de sentir que tienen que competir o compararse con alguien.
Déjame que sea claro contigo:
La competencia son los padres. Una gran mentira.
O al menos… una verdad mal contada.
Hablemos de música un momento.
Piensa en tu artista favorito, ese que parece que escribe canciones solo para ti. El que reconoces en cuanto suena la primera nota.
Ahora, fíjate en algo curioso:
Ese artista no inventó la música. No creó los acordes ni las melodías. Y desde luego no es el único que canta sobre el amor, el desamor o perseguir sueños. De hecho, hay miles de artistas escribiendo sobre lo mismo.
Entonces, ¿por qué lo eliges a él o a ella? ¿Por qué lo escuchas en bucle, compras entradas para sus conciertos y te sabes cada palabra de sus canciones?
Porque su música conecta contigo de una manera única.
No porque sea más ruidoso o llamativo sino porque ha encontrado su sonido, su mensaje, su estilo.
Y ha creado una conexión contigo que nadie más puede imitar.
Ahora llevemos esto a tu negocio.
Cuando dices: «No vendo porque hay demasiada competencia» es como si ese artista hubiera dicho en su momento: «¿Para qué voy a escribir canciones si ya hay tantos artistas por ahí?».
La competencia no importa cuando tu público siente que tú eres quien les habla directamente.
Tu valor no está en ser más ruidoso o llamativo que los demás.
Está en encontrar tu propio sonido, en la manera en la que resuelves un problema que realmente les importa.
La competencia no es el enemigo, es el escenario.
Y cuando subes a él con tu propia voz, las personas que necesitan escucharte aparecerán… y se quedarán. No tienes que competir con nadie. Solo tienes que convertirte en ese artista al que no pueden dejar de escuchar.
Tú estás a cargo de tu negocio, de lo que quieres y de a quiénes quieres.
No lo olvides. Así que…
Es tu momento. ¿Te subes al escenario?
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Iván Orange.
